Dicen que las mejores historias
empiezan con un salto al vacío…
Acababa de salir de una ruptura, estaba anulada como persona, sin saber quién era sin alguien al lado. Yo era de las que no hacía nada sola.
Ni un paseo. Ni un café. Ni un viaje.
Hasta que un día, agarré mis cosas (y mi miedo) y puse rumbo a Londres.
A empezar de cero, si. Pero en ese entonces no
sabía lo que significaba realmente ese concepto.
Una ciudad enorme, caótica, desconocida… pero que me hizo el mejor regalo:
aprender a estar conmigo misma.
Sin tener que esperar a nadie. Sin necesitar permiso. ¡Sin pedir permiso! (y esto se dice pronto y "fácil").
Fue allí donde descubrí que la soledad no es vacía, es un espacio lleno de nuevas posibilidades.
Donde empecé a caminar por barrios que no salían en los mapas, a descubrir la esencia de los lugares, a mirar más allá de lo turístico… ¡y a reencontrarme conmigo!.
Y sí;
Hay muchas cosas que aún me dan miedo.
Pero también aprendí que se pueden hacer con miedo.
Porque la satisfacción que viene después…
¡es brutal!
Por eso nació Cuaderno de Ruta.
Porque quiero que más mujeres, como tú, vivan esa magia.
Que se atrevan a experimentar ese “viaje imposible” hacia dentro y hacia fuera.
Que descubran lo que pasa cuando dejas atrás la prisa, el juicio y el “yo no puedo”
para abrirte a lo auténtico, a lo pequeño, a lo inesperado.
Mis experiencias no son visitas guiadas.
Son experiencias boutique, íntimas y sensoriales, creadas con alma.
Diseñadas para que desconectes del ruido, te reconectes contigo y vuelvas a casa distinta.
¡Más tú!
He creado mi propia máquina del tiempo. No tiene cables ni pantallas, pero sí postales, voces, aromas y sensaciones.
Rutas sensoriales que te transportan a esa Sevilla secreta la que no se encuentra en Google ni en tours al uso.
La que se esconde en los portales entreabiertos, en las calles con nombre de leyenda y en las historias que solo se cuentan en voz baja.
Te invito a caminar sin prisa, a mirar con otros ojos, a dejarte llevar por la emoción de lo auténtico.
Porque esto no va de marcar casillas ni de acumular datos.
Va de sentir.
Va de viajar con todos los sentidos.
Porque quiero que cada mujer que viaja conmigo se sienta feliz, relajada, emocionada y empoderada.
Porque merecemos experiencias que nos remuevan por dentro.
Y porque no estás sola: hay muchas otras mujeres, como tú, que también buscan algo más.
Más que una ruta turística.
Un viaje para recordarte quién eres.
Y tú puedes ser la próxima en decidir subirte.
No importa si has nacido aquí, si vives cerca o si vienes de lejos.
Lo que importa es que quieras mirar de otra manera.
Que sientas ese deseo de salir de la rutina, de (re)enamorarte de lo
cercano, de regalarte un plan que sea solo para ti (y para otras como tú).
Porque la magia no está en cruzar océanos, sino en descubrir lo invisible... esa
esquina con historia, ese aroma que despierta recuerdos, esa emoción compartida.
es que la mejor forma de encontrarte, es perderte un poquito…
en lugares nuevos, con personas auténticas y con la mirada despierta.
Creer en la magia de lo auténtico.
Romper con la rutina.
Viajar con el alma despierta.
Ser rutópica es querer más que fotos bonitas:
es vivir una experiencia única, exclusiva y real.
Y por eso mis rutas no son para cualquiera.
Son para mujeres que quieren salirse del camino
marcado y crear el suyo propio.